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Urbana *

viernes, 19 de octubre de 2007

Stand by me


No se inmutaba ante nada. El sol le daba justo en su cara y sus infinitas pestañas brillaban como nunca. Iba dormida, con la cabeza apoyada en la ventana. De vez en cuando, solo cundo la micro frenaba bruscamente, se despertaba, pero de inmediato volvía a dormirse.

Me gusta mirarla, es toda una aventura tratar de descifrar que ocurre en sus sueños a estas alturas del viaje. Afuera, los autos se atochaban, daban estridentes bocinazos, la gente de mal humor. Un eterno tráfico. Y ella no se inmutaba ante nada.

De pronto abre sus ojos de golpe y comienza a buscar perdidamente algo. Lo encuentra. Sus ojos brillan, pero esta vez no es solo por el sol, ahora vibra con otra cosa, algo que aun no logro descubrir… “Stand by me, nobody knows the way it’s gonna be…” Era la canción la que pudo sacarla del sueño. Provenía de los audífonos de un tipo no mal parecido, bien encachado. Ella lo miraba y a la vez cantaba al pie de la letra junto a los Oasis.

Antes que la canción llegara a su fin, el tipo toca el timbre, se baja de la micro en Plaza Italia y ella, mientras sigue cantando, lo sigue desde arriba con la mirada hasta que lo pierde de vista por completo. Se vuelve a apoyar en la ventana y duerme.

-Sol, ya llegamos, despierta- Le dije. Y ella con sus ojos semiabiertos se para del asiento y toca el timbre un poco antes de llegar a Los Leones. Nos bajamos. No hablamos nada. Callados todo el tiempo.

Fue ahí cuando entendí que ya no tenía sentido estar con ella, retenerla a mi lado. Hace mucho tiempo que no sentía nada por mí y yo ya lo había notado. ¡Huevón!... “Quédate a mi lado, nadie sabrá la forma en que va a ser…

No se inmutaba ante nada. Ni siquiera ante mí.